El mundo del pardillo sicerín

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El mundo del pardillo sicerín

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EL PARDILLO SICERÍN

Descripción.

Tiene una longitud de unos 12 cm (si bien esto varía de una subespecie a otra). Presenta el casquete de un color rojo carmesí, la nuca, los lados de la cabeza, el cogote y el dorso son de color bruno oscuro con dibujo negro, la garganta es de color negro (a modo de babero, como en los machos de lúgano), las alas y la cola son de un color bruno muy oscuro, el obispillo es de color blanco ligeramente rosado, parte inferior del pecho y vientre de color blanco, patas negras y pico amarillento. Los machos, además, tienen la parte superior del pecho y de los flancos de un vivo color rojo.


Tiene un área de distribución muy extensa, siempre en latitudes norte, abarcando desde Europa (de Pirineos hacia arriba), Asia y Norteamérica.

En el mercado normalmente se pueden encontrar dos subespecies:
- Carduelis flammea flammea (de talla grande)
- Carduelis flammea cabaret (de talla pequeña)

Si bien existen bastantes más subespecies, resulta casi imposible encontrarlas a la venta, siendo además sus diferencias fenotípicas no demasiado notables respecto a la descrita anteriormente. Su análisis detallado se escapa del objetivo de este artículo.

Particularmente encuentro más atractiva la subespecie cabaret (de talla pequeña), ya que en la subespecie grande, a mi modo de ver, el sicerín pierde parte de su encanto, ya que es un pájaro bastante pesado, más lento y con movimientos menos gráciles de los que nos brinda su "primo pequeño", y es que para mí, en sus enérgicos movimientos, sus posturas acrobáticas y en su incansable vitalidad típica de los fringílidos de menor porte, reside gran parte de su atractivo (es, repito, una opinión puramente personal. Para gustos, los colores...)

Alimentación.

El sicerín no es un pájaro demasiado delicado en lo que a la alimentación se refiere. Personalmente sigo el siguiente método:
Tienen siempre un comedero con alpiste limpio a libre disposición y otro comedero con mixtura para lúganos (compuesta por perilla blanca, perilla bruna, negrillo, linaza, semillas salvajes, lechuga, sésamo, bella de noche, achicoria, semillas de alerce y cardo), que voy racionando dependiendo de la época del año, aumentando su proporción a medida que se va aproximando la época de cría. Hay que vigilar que el macho no engorde demasiado, ya que, como en casi todas las especies de fringílidos, puede tener tendencia a la obesidad y dificultar posteriormente la cópula.

Una o dos veces por semana les pongo una espiga de panizo, la cual, literalmente devoran. Da gusto ver la alegría que derrochan los sicerines cuando en posiciones acrobáticas extraen esta pequeña semilla directamente de la espiga. Un poco de pasta de cría de manera esporádica, brócoli, jibia y grit, completan una alimentación correcta y completa para este pequeño fringílido.

Reproducción.

La reproducción de estos fringílidos no es muy complicada, es más, diría que es una de las más sencillas de todas las especies que componen nuestra querida fauna europea. El método que empleo en mi aviario es el siguiente:


Formo las parejas en invierno, como muy tarde en febrero tengo todas las parejas hechas, en su jaulón de cría y en la ubicación definitiva dentro del aviario. Las jaulas que utilizo son de 50 cm y de 75 cm (si son un poco más grandes mejor que mejor, un jaulón de 1 m tiene el tamaño ideal para albergar una pareja reproductora, y ni que decir tiene que, si disponemos de espacio para voladeras, el proceso de la reproducción se facilita significativamente).

Es conveniente también (no estrictamente necesario) disponer las jaulas de tal manera que cada pareja no tenga a la vista a otros sicerines, ya que se puede dar el caso que alguno de los componentes se "empareje" con algún otro pájaro de otra jaula . Al no tener a la vista a más congéneres, los pájaros se "conforman" con la pareja que le hemos elegido y es más difícil que se dé este tipo de comportamiento.

En el periodo que va de febrero a abril, hay que centrar nuestra atención en la alimentación, haciéndola poco a poco más rica, variada y con mayor carga proteica. Para ello haremos pequeños aportes de pasta de cría (la que vayamos a utilizar posteriormente para la ceba de los polluelos), semillas germinadas y algunos insectos congelados (gusanos pinkies y buffalos).


La base, no obstante, seguirá siendo la alimentación a base de semillas secas, el panizo y también algo de brócoli una o dos veces por semana. Detalle importante en este punto es vigilar atentamente que el macho no engorde demasiado, para ello, si es necesario, los separaremos con el tabique de rejilla y le daremos una alimentación más espartana que a la hembra. Se puede añadir también algún complejo AD3E en el agua, pero sin abusar.

Ambos componentes de la pareja empiezan a mostrar síntomas de celo a partir de mediados de abril (claro está, en condiciones de luz y temperatura natural ). El macho empezará a cantar cada vez con más fuerza e insistencia, estará agresivo y las peleas entre los componentes de la pareja se sucederán.
Hay que vigilar que no sean demasiado violentas. Probaremos a la hembra poniendo un poco de pelote en los barrotes de la jaula. Si en poco tiempo empieza a coger y a llevarlo de un lado a otro de manera inquieta, es el momento de introducir los nidos. Yo siempre pongo dos nidos de 11 cm de diámetro aproximadamente, uno de ellos le camuflo con plantas artificiales o un trocito de malla de sombreo verde, y el otro le pongo en el otro extremo de la jaula sin ningún tipo de ocultamiento.

La hembra elegirá el nido que más le guste y comenzará la construcción de un nido pequeño, perfectamente redondo y bastante profundo.
Hay que decir que aproximadamente en un 80 % de los casos elegirá el nido camuflado, pero hay un no despreciable número de hembras (sobre todo las más mansas) que elige el nido que está al descubierto. El material que uso para la construcción del nido es sisal, yute, algodón... (la mezcla que todos conocemos).
No he visto nunca que utilicen fibra de coco para la construcción del nido.


Normalmente comienzan la puesta cuando han terminado completamente la construcción del nido, pero algunas hembras, sobre todo primerizas, comienzan a poner antes de terminar totalmente el nido, y hay que estar atentos porque siguen acumulando "pelote" encima del huevo recién puesto y nos puede pasar desapercibido, con lo que ese huevo tendrá nulas posibilidades de eclosión, ya que aunque la temperatura puede ser suficiente para el desarrollo del embrión, el huevo no será volteado por la hembra e irremediablemente morirá.


Las puestas más comunes son las de 5 huevos, aunque puestas de 6, 4 y 7 huevos (en ese orden) son también muy frecuentes. Otro detalle a vigilar es que, debido a la gran frecuencia con la que se producen puestas de 6 y 7 huevos, en ocasiones los huevos no caben en el nido, habiendo 1 o 2 de ellos encima de los demás.
Esto es algo que hay que evitar, bien pasando algún huevo a otra hembra o bien sacrificando alguno de ellos, ya que es preferible esto a que se rompa alguno de los huevos (cosa bastante probable), ensucie los demás y se queden pegados unos a otros o en el fondo del nido, impidiendo así el volteo por parte de la hembra y dando al traste con la totalidad de la puesta.

Los huevos son de color azul, con manchas irregulares negras, marrones y rojizas. Ciertamente, el aspecto es parecido al de los huevos de canario, si bien el azul es algo más brillante, la forma un poco más largada y el tamaño considerablemente más pequeño.
Los huevos son sustituídos por otros de plástico hasta el día que ponga el 5º, momento en el que se reponen todos.
Las hembras no son para nada delicadas para este proceso. A los 4-5 días de incubación se puede ver a trasluz perfectamente si el huevo está "pisado" o no. Hay que estar atentos también al comportamiento del macho en esta etapa, ya que puede ser demasiado agresivo y molestar a la hembra mientras incuba.
Utilizaremos en ese caso el tabique de rejilla.


Después de 12 días de incubación nacerán los polluelos. Los primeros días de vida se hace imprescindible el concurso de la madre (en mi experiencia sólo he conseguido sacar adelante polluelos desde el día del nacimiento con hembras de lúgano. Quizás sea por coincidencia, pero con canarias nunca lo he conseguido).

Estos primeros días de vida son de vital importancia los gusanos congelados, los cuales harán, con su elevado contenido proteico, que los polluelos crezcan muy deprisa y de manera satisfactoria. La alimentación en esta etapa estará compuesta por los gusanos congelados, semillas germinadas, pasta de cría y brócoli (además de la mixtura y el panizo).
Si todo va bien, en el 4º ó 5º día habrá que anillar a los polluelos. Si esperamos más, es posible que ya no podamos introducir su anilla reglamentaria (2,4 mm) debido al rápido crecimiento de estos primeros días. Conviene tapar la anilla con esparadrapo y vigilar que la hembra no intente sacárselas.


El desarrollo de los polluelos de sicerín es muy rápido. Aproximadamente a los 15-16 días saltarán del nido y a los 22-24 ya son capaces de alimentarse por sí mismos, principalmente de semillas germinadas, gusanos y panizo.
En el momento en el que los polluelos empiezan a salir del nido, la hembra comenzará una nueva puesta en el mismo nido, que si tiene "pelote" a disposición es posible que lo arregle (aunque no siempre). La participación del macho en todo el proceso de cría es altamente recomendable (si no molesta y ayuda a cebar a los polluelos), pero no es imprescindible.


Los jóvenes tienen una forma más estilizada que los adultos, y el pico de un color grisáceo (los clásicos o ancestrales). Ambos factores cambiarán durante la muda, la cual en esta especie es sorprendentemente rápida (sobre todo la de los adultos, pues la completan en aproximadamente 20-25 días), consiguiendo una forma más redondeada y el pico amarillo-anaranjado típico de los sicerines.

Hay que señalar que si queremos que luzcan el color rojo carmesí de la cabeza, será necesario el suministro de pasta pigmentante. Únicamente los machos tienen el pecho de color rojo, pero esta tonalidad sólo la alcanzan en la segunda muda. Por tanto, después de la primera muda machos y hembras son muy similares (hay pequeños matices no 100 % fiables como el tamaño de la cabeza, la intensidad y tamaño del babero...), por lo que si queremos determinar con total certeza el sexo del ejemplar, habrá que arrancarle unas plumitas de la parte alta del pecho al finalizar la muda y continuar suministrando pasta pigmentante.
Sólo los machos repondrán esas plumas de un bonito color rojo.

He observado un extraño comportamiento en algunas de las hembras reproductoras, y es que nada más nacer los polluelos, los pican y los arrojan fuera del nido. No sería tan raro si no fuera porque esas mismas hembras en nidadas anteriores de esa misma temporada no han manifestado tal comportamiento, es más, en nidadas posteriores de esa misma temporada de cría tampoco han presentado ese problema.

Además he observado que no siempre arrojan todos los polluelos del nido, y que cuando dejan alguno en el nido es siempre de color oscuro, es decir, nunca se quedan con un polluelo de color más claro (mutados) en el nido, habiendo otros de tonalidad más oscura. No encuentro explicación para que, conservando supuestamente iguales todos los parámetros ambientales, de ubicación, de alimentación, etc, desarrollen este comportamiento de manera aparentemente aleatoria.
Es por ello de vital importancia estar atentos el día previsto para el nacimiento y recoger los polluelos para confiárselos a otra hembra en caso de que se manifieste tan indeseable comportamiento. En todo caso, esto ocurre en contadas ocasiones.


También es digno de reseñar que en esta especie el crecimiento del pico y de las uñas (sobre todo de las uñas) es más rápido que en otros fringílidos. Es importante estar atentos por si fuera necesario cortárselos ya que puede dar lugar a accidentes.

Mutaciones.

Entramos aquí en un tema que genera no poca controversia en el mundo de la ornitología deportiva: las mutaciones del sicerín. Y digo esto porque hay dos "corrientes" bien diferenciadas, la italiana y la belga, que si bien coinciden (como no podía ser de otra manera) en la forma de transmisión de las mutaciones, no lo hacen en su definición y nomenclatura. Vamos una a una:

- Mutación bruno (para italianos y belgas). Coinciden ambos en llamar a esta mutación bruno, si bien el efecto fenotípico de esta mutación no es lo que, por ejemplo en el caso del canario, entendemos como bruno. La mutación bruno en el canario se manifiesta, explicándolo de manera somera y rápida, cambiando las marcaciones melánicas negras por marrones, dejando intacto el diseño del ejemplar. Pues bien, en el sicerín, el diseño desaparece casi por completo (excepto algunas marcaciones en los flancos) y el pájaro se muestra de un color marrón uniforme, conservando el rojo de la cabeza y pecho (en los machos). Su transmisión es recesiva y ligada al sexo.


Mutación ágata (belgas) o pastel (italianos)

. Empieza la controversia. Si bien cada colectivo tiene sus argumentos, yo me voy a limitar a decir que fenotípicamente, y tomando otra vez como referencia la nomenclatura del canario, el sicerín se asemeja más a lo que entendemos como ágata que como pastel, pues se conserva intacto el diseño pasando a tomar un color gris ligeramente azuladoy perdiendo casi totalmente la phaeomelanina. Se conserva el rojo de la cabeza y pecho (en los machos). Su transmisión es recesiva y ligada al sexo.

- Mutación isabela (belgas) o bruno-pastel (italianos).

No es más que la superposición de las 2 mutaciones anteriores, siendo consecuente con la nomenclatura que le da cada grupo: belgas, bruno + ágata = isabela; italianos, bruno + pastel = bruno-pastel. Otra vez, y me refiero únicamente a la manifestación fenotípica, el pájaro está más cercano a lo que en el canario llamamos isabela. Se conserva el rojo de la cabeza y pecho. Su transmisión es recesiva y ligada al sexo. Además, es recesiva respecto al bruno y al ágata.

- Mutación cobalto (los italianos lo llaman obscuro).

Mutación relativamente reciente que oscurece de manera notable todo el manto del ejemplar, conservando el diseño y el rojo de la cabeza, no así el rojo del pecho de los machos que desaparece casi por completo. Pico y patas muy oscuras. Guarda cierto parecido con la mutación cobalto del canario, si bien en el caso del sicerín oscurece bastante más el manto del ejemplar. Su transmisión es autosómina dominante y se puede superponer con el resto de mutaciones.

- Mutacióm pastel o diluido (italianos).

Mutación que se ve muy poco. Su manifestación fenotípica es muy parecida al pastel del canario, apastelando el color de las marcaciones melánicas, sobre todo en alas y cola, pero dejando el diseño intacto. Tan sólo he tenido una hembra con esta mutación, la cual acoplada con un macho clásico dio toda la descendencia clásica. Desgraciadamente la hembra murió durante la muda y de sus descendientes todavía no he obtenido ninguna cría, por lo que no me atrevo a decir la forma de transmisión, ya que además, lo poco que he leído de dicha mutación es bastante contradictorio. Se puede superponer con el resto de mutaciones. Tampoco está reconocida por la COM.

- Mutación alas grises.

Mutación cuyo efecto fenotípico viene definido por su propio nombre y de la que hay muy pocos en ejemplares y en manos de muy pocos criadores. Desconozco su forma de transmisión.

Hibridaciones.

El sicerín se ha hibridado con multitud de fringílidos, si bien no es una de las especies más fáciles para utilizar en hibridación. Con el fringílido que más fácilmente se hibrida es con el lúgano (Carduelis spinus). La hibridación con el canario no es demasiado fácil, debido al parecer por la gran "distancia" genética que hay entre ambas especies, lo que hace que en numerosas ocasiones los híbridos obtenidos de este cruce tengan malformaciones, se produzcan muchos abortos, etc.

El sicerín también se ha hibridado con el camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula), hibridación esta sencillamente espectacular, con el jilguero (Carduelis carduelis), con el piquituerto (Loxia curvirrostra), con el verderón común (Carduelis chloris), con el camachuelo mexicano (Carpodacus mexicanus), con el pardillo común (Carduelis cannabina)...
Como siempre, en las hibridaciones el límite lo pone la imaginación del criador, y si además empleamos ejemplares mutados, las combinaciones y resultados se multiplican pudiendo obtener ejemplares verdaderamente bellos y únicos.

Concluyo aquí este pequeño artículo esperando que os haya servido para conocer un poco mejor este simpático fringílido.

ZORZAL
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